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Me siento como una gran mancha de vino tinto en tu nueva y blanca camisa de lino. Una manzana podrida en el cesto. Un grano en el rostro de tu cuidada faz... Soy lo peor que te podría ocurrir, no se como enmendar todo lo malo que pueda ocurrir.

Me viste hermosa y lozana, demasiado sincera, sin tabúes, todo lo contrario a lo que ves en tu pueblo... y eso hizo que cayeras a mis pies. Me encantó verte tan virgen en demasiadas cosas, con ánimos de aprender, deseos (demasiados) que querer hacer real... y eso hizo que me abriese a tí.

Se que eso no debería haber pasado jamás. Pero pasó. Nos sentamos demasiado cerca del escenario... y, cuando eso pasa, uno se da cuenta de muchas cosas que hacen que se pierda el misterio del ballet.

Dos amigos. Dos amantes. Dos amados...

Un placer inusitado. Suelo donde retozar. Ayuda a caer para tenerlos cerca, sobre mi. Labios que recorren el camino que dejaron las lenguas en mi piel.


No quiero más. No puedo más. Soy tan suya como ellos míos. Mordiscos que duelen por el placer. Que el placer sea pleno. que el placer mate dando vida. que el placer haga que volváis y viváis por que se repita de nuevo...

Violonchelo donde sacar la música que rasgen de las cuerdas de mi cuerpo...

El Espejo

El Espejo me mira, y remira las curvas de mi cuerpo, cuando, ausente de ropas, disfruta pensativo de/en mí. No me habla, solo mira, sin decirme nada. Y yo me pregunto... ¿No dice nada para que no marche o por que no tiene nada que decir?

Después de mirarme ante él, esperando a que las palabras y/o frases emerjan del cristal, me siento en la cama, pensando en mi misma. Creo que no estoy mal. Mis senos endurecidos con el pensamiento, mis muslos separados, mi cabeza tornada hacia un lado... Hermosura desnuda, silenciosa belleza...

En ese vacío de sensaciones pasan por mi cabeza algunas pasadas. Me echo en la cama. Mis manos vuelven a ser autónomas para que sean más vívidas esas sensaciones del ayer. Y vienen a mí... Las más nuevas, las anteriores, las que más he disfrutado, en las que más he sentido, en las que más lejos estaba de mi misma... Y en ellas estabas tú.

Gracias por todas ellas, las pasadas y las que vienen sin que sea algo que esperamos...Puede que por ello el Espejo no me hable, envidioso de ti. Él me puede ver, sí, pero no puede campar por mi piel, sólo posarse en mi, y sólo si es mi deseo. Me agradan más las manos tuyas, si me acarician y son ellas las que sí pueden/puedes posar en mi...

Lluvia de llanto

... Y hoy llora el cielo por mí...

Lágrimas

Lágrimas vespertinas atadas con el deber de no ser derramadas. Lágrimas que sé que no han de salir de mis ojos que no se han de enrojecer. Lágrimas que ahogan mi garganta. Lágrimas del Sol. Lágrimas de Luna. Lágrimas...

Deber. Saber que impiden que me muestre como me siento. Deber de que la sonrisa siempre ha de estar presente, en cada momento, en cada instante. Sonrisa que me mata para no matar a nadie más...

Sentimiento que no debe salir. Sentimiento al que no puedo rendirme. Sentimiento que martillea mi mente. Sentimiento al que nadie puede acercarse. Sentimiento que hace que me odie porque a nadie más puedo odiar, pues mi corazón espinado tiene dueño y no puedo odiar al que lo tiene.

Culpabilidad... Me imagino que toda ella fué por mi causa... Y lo siento...

Me cuesta demasiado olvidar, ya te dije que los (mis) recuerdos corren mucho, y ellos me llevan, embaucadores, a sentir de nuevo la alegría que sé que no tengo. Recuerdos que me llevan a TU lado y me dan paz, mucho más de lo que nunca pude imaginar. Recuerdos que me hacen llorar cuando nadie me ve. Recuerdos de un pasado por el que lloro por no tener(te) a mi lado... de nuevo...

Lágrimas que corren por mis mejillas cuando me siento segura. Lágrimas que recorren mi garganta, ahogada, cuando se que pueden pensar que es otra causa la que me hace sufrir, y no lo que me duele hasta la saciedad...

Sé que si te vuelvo a ver no será como antes. Sé que no habrá contacto entre tu piel y la mía. Sé que si lo hay no será como espero. Sé que si te veo...

Rasgo mi piel por lo que desea y sé que no lo puede tener. Lágrimas de ácido. Lágrimas de hielo. Lágrimas en mis ojos de fuego que queman, aunque no lo suficiente como acabar con todo... Siento que es mucho lo que queda de ti en mi. Déjame soñar una vez más contigo...