Vuelves

Vuelves, pero no saludas. Vuelves, intentas hacerme sentir bien...

Con un “eres demasiado especial para este mundo”. Ya te dije, no sabía si te referías a que era a que era demasiado fea para ser humana... o si en “este mundo”, ¿tu mundo tal vez (referido a tu persona)? No tuviera cabida porque era demasiado... ¿especial?. ¿Tanto como para que no me quieras a tu lado?.

Pienso (maldita sea) en las posibles respuestas, y no entiendo porque vuelves a mi... ¿Qué es lo que te encamina de nuevo a mi lado? No quiero estar aquí. No puedo estar en otro lado... No puedo, no soporto, estar así. No puedo, no soporto, el darte una negativa. No quiero, no puedo, no soporto, que te alejes de nuevo de mi. No. No. No... No se que es lo que hace que me mires y marches sin decir ni un simple “adiós”. ¿Qué es lo que de mi olor te hace girarte cuando crees que no miro? No entiendo que es lo que buscas en mi sonrisa...

Tu vuelta me hace estar desesperada. Pero, no puedo evitarlo (ni quiero) sentirme alegre de tu regreso.