El velo me tapa los labios. Miro a todos. Mi cadera empieza a moverse despacio... Las manos la siguen... Los velos que conforman mi falda desde debajo del ombligo, también. Las monedas del cuerpo solo dejan salir un leve tintineo pues el torso no se ha de mover.
Todas las miradas fijas en mi cuerpo medio desnudo. Nadie dice nada... Torno hacia atras la cabeza. Me da poder.
Me giro contoneandome. Escucho resoplidos. Escucho frases de deseos. Escucho respiraciones entrecortadas. Mi cuerpo se mueve cada vez más rápido. Las caderas, la cintura, el vientre.... El torso con su sonido acorde con la música. Comienzan a caer pañuelos. El primero el velo que esconde mis labios...
Con los labios al ritmo de la música invito a buscarme. Las manos y el torso con una pierna alzada llama a que vengan por mí. Ondeos de brazos, cuerpo, caderas, pañuelos, cabellos... Ondeos de humo de los cigarros que consumen intensamente entre los dedos y de los labios de quien mira. Cambios de piernas en el cruzar. Cambio de pierna en el baile. Roces... Roces en tí. Roces en él. Roces en mí... Ya quedan menos velos por debajo de mi cadera...
Me acaricio mientras bailo y voy perdiendo pañuelos. Sólo quedan dos... Los dos bailan entre mis piernas. Los dos bailan para tí conmigo. Cae uno...
¿Serás capaz de esperar a que caiga el otro sin saltar encima...?
23 diciembre 2005
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1 comentario:
Sabes que no saltaré encima tuyo…seria demasiado fácil…
Dejaré que el último pañuelo termine su viaje hasta el suelo, y en el último vaivén antes de posarse, me orientara la mirada. Donde te encontrare postrada y entregada esperando mi señal. Una vez más habrás conseguido con tu danza de seducción ser la escogida. El baile habrá terminado y empezara la danza del amor.
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