29 marzo 2006

Tu cuerpo...

Tus labios en mi cuello. Lamida eterna que no deseo que acabe. Hueles mis moras degustandolas poco a poco. Hueles en mí el sabor del delirio.

Tus manos se esconden bajo la falda. Nada bajo ella te impide acariciar y sacar toda la humedad que entre mis piernas se esconde... Mi liguero se suelta ¿Tus manos o la perdición? No lo se. Quiero que me veas mas libre de lo que soy solo para atarme a tí... Aceptame... Deja que sea libre... Que mis manos puedan acampar por tu cuerpo...



"Me dueles. me rompes la coraza. Me penetras sin que pueda evitarlo... Por tu sonrisa vivo... No muero" No hay un instante en que mis manos no deseen acampar por el prado de tu vientre, que mis labios no deseen beber tu fuente...

3 comentarios:

policaricus dijo...

Sueltate el liguero...y todo fluira de nuevo.

Anónimo dijo...

Donde te escondes Perra Pelirroja??

Anónimo dijo...

Hace siglos prometi visitar tus textos, pero mis promesas se esparcen por el viento como las cenizas de un corazon difunto al arder de pasion.

¿Y por que hoy he recalado en ti?...

Si alguien conoce la respuesta sera mas dios que yo mismo.

Necesitaba, quiza, inflamar mi pecho con el recuerdo de una sobremesa en tus ojos esquivos; o atracar en una conversacion tan sutil y directa al tiempo que fue incapaz de despistarme... La senilidad de un alma vieja que intenta exprimir los ultimos vestigios de lo que quiso ser y fue.

Te echo de menos tanto como desearia echarte de mas, pero mira... asi es el tiempo. Una goma elastica absurda e imprevisible que cuando te acerco se empeño en apartarte.

Ojala pueda decirte a los ojos lo que fuy incapaz de hacer delante tuyo.

MIl besos, pero uno de cuerpo entero.

Pablo