21 mayo 2006

deseo

¿Cómo decirtelo?

Siento en mi cuerpo lo que sólo tú eres capaz de sacar de/en mí... Escalofrío... Dolor... Deseo... Sueño... HUMEDAD...

Todo en mí quiere volverse para tí. Sólo tú sabes como hacer que mi horizonte se difumine entre nubes de placer haciéndo que me sumerja en tí para que mi éxtasis sea el paraíso de tu deleite.

Deja que hasta en algo tan simple como descalzarte me llene tanto como bañarme en el Azul del Mar de Mi Principe...

14 mayo 2006

Silencio



No se que duele mas, tus palabras de desprecio o tu silencio...

Dicen que las palabras pueden hacer mas daño pues se clavan como puñales en el corazón... Pero es el silencio el que te ata el alma destrozandole. Es el silencio el que te abre el corazón haciendo que te preguntes cosas que te duelen mucho más.

Las palabras se las lleva el viento... El silencio es traido por él...

Notas hasta en el humo del cigarro que fumas el silencio. En el cigarro ves el desprecio. En el humo ves tu desdicha.

Incertidumbres

Miro mi tiempo. Tiempo perdido... Parece que es como si el tiempo... El Tiempo... me quisiera enseñar algo distinto a lo que sé.
Miro hacia atrás. Manos que me vuelven la cabeza para que sólo mire hacia delante. Me doy cuenta de que mis manos están atadas... Encadenadas... Inútiles...
Cierro los ojos. Trago. Suspiro. Me abandono no sé a qué... Comienzo a temblar. No es de frío, no... es de incertidumbre...
Una gota fría, de hielo, me recorre la espalda... Siento en mis cabellos una respiración. Mi cuello es asido por manos que intentan ahogarme... Lo justo para que me de cuenta, aun más, de quién tiene el control...
Una fina venda sobre los ojos cerrados. Fina, sí, fuertemente atada. No debí cerrarlos, pero puede que si no hubiese sido así abría sido más fuerte...
Ni una palabra... No escucho ni una palabra... Ni una orden... Ni un insulto... Todo a la fuerza.
Separa mis piernas. Busca mi lengua. Pinza mis pezones. Comprueba entre mis piernas... No puedo evitarlo... Me gusta demasiado... Pone sus dedos en mis labios para que me dé cuenta de la humedad de mi sexo...
Comienza... Jadeos... Gemidos... Más gemidos... No sé si son todos mios... No sé ni con quién...
Me dejó agotada, extasiada... Sólo sé que mis manos fueron soltadas... mis pies desatados... mis ojos pudieron abrirse... Marchó cuando mis ojos aun no se habían acostumbrado a la luz...