13 diciembre 2006

odio odiar

Odio cuando suena el teléfono deseando que sea tuya la llamada y no eres tú. Odio cuando en el buzón hay muchas cartas y no sean tuyas. Odio cuando espero una caricia y nunca llegue a mi espalda...

Demasiado odio para estas fechas, creo yo, que hacen que el supuesto ambiente navideño deje de ser blanco, dulce y amable... ¿No creéis?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No tengo nada para calmar el odio. Pero si dejas tu espalda al alcance de mis manos te pueden transportar a un lugar donde no existen ni correos, ni teléfonos, ni navidades.

Y donde todo parece blanco, dulce y amable.

Perra Pelirroja dijo...

¿Donde es? No he encontrado, realmente ningún lugar así

Anónimo dijo...

Entre mis manos.

Perra Pelirroja dijo...

Mmmm... Realmente es algo para pensar

Anónimo dijo...

Los dioses saben que no puedo llevarte a un lugar donde todo sea blanco dulce y amable, los dioses saben que mis caricias siempre serán breves y avergonzadas, los dioses saben cuanto quiero prometerte y lo poco que tengo que ofrecer...
No puedo alejar el odio de ti, no puedo arroparte entre mis brazos y protegerte como me gustaría, solo puedo ofrecerte mi cariño en la distancia y el deseo de tiempos mejores...
Ojalá un inocente beso pudiera cambiar las cosas.

Anónimo dijo...

Nadie marcó que el ambiente navideño deba ser blanco, dulce y amable, es más, sería triste que la única alegría en el año fuese la llegada de la época navideña.

No odies, Perra, porque ese odio te priva de lo contrario, del amar, del sentir, no alimentes el fuego con las ascuas de una hoguera pasada, por muy intensa que fuera, además, cuando leo y siento tu odio, parece que lo enfocaras en tí, y eso si que no debe ser.

No puedo calmar ese odio que sientes, quien tiene esa potestad lo nombras y eliges tu misma, y más cuando esa calma no es simplemente algo superficial, sino aquello que llega hasta el mismisimo interior, donde solo llegan las personas admitidas, donde uno mismo se muestra desnudo y frágil a merced de quien gobierna nuestras emociones y sentidos.

Afortunada eres de ser tan capaz de sentir, de emocionarte, de percibir. Triste es que esa bendición sea acompañada de los coletazos del destino con igual intensidad.

Felices sonrisas cielo

limakaliente dijo...

eres tu? esto fue demasidado romantico.