19 enero 2007

Llevo todo el día para llamarte, y no lo hice. Sé que en mis labios se dibujaría un "echaba de menos oir tu voz..." y no lo debo decir jamás.

Ya metí la pata hace siglos y... Me arrepiento tanto de haber hablado que aún se la tengo jurada a los dedos traidores, a la garganta tramposa, a los ojos vendidos y bandidos que hicieron que te alejaras de mí.

Maldigo la voz que brotó de mis entrañas. Maldigo mi mente. Yo me maldigo... Porque a tí no te puedo maldecir...

4 comentarios:

yo dijo...

aunq se intente ocultar a los sentimientos, ocultarlos, hacer que pierdan su fuerza, su voz, son color, aunq se ponga toda fuerza de la mente, y la razon, siempre, ganan ellos, por ello mismo no has de maldecir, pues si no lo hubieras actuado asi, tal vez ahora te maldecerias por no haberlo echo.

Perra Pelirroja dijo...

Pero puede que aún me quisiera

yo dijo...

mi querida vieja amiga, piensas que por que las cosas hayan sucedido asi, su corazon aun no late por ti, piensas que por que tenga miedo afrontar la realidad... cambie.
Cuando se ama... nada y nadie puede cambiarlo, ni siquera nosotros mismos que somos los dueños.

Anónimo dijo...

No maldigas la dulzura que hay dentro de ti.